¿Cómo funcionan los filtros de agua?

Siempre ha sido crucial consumir agua pura para gozar de la mejor salud posible, y el agua potable debe pasar por un proceso de purificación. Hoy en día, existen varios métodos para purificar el agua, por lo que resulta difícil elegir uno para comprar. Todos ellos, sin embargo, necesitan un procedimiento que sólo un filtro de agua potable es capaz de llevar a cabo. Si aún no conoce este producto, siga leyendo para saber cómo seleccionar uno.

¿Cómo elegir un filtro de agua?

Se trata de un dispositivo compuesto por una sustancia porosa que permite retener las partículas sólidas del agua contaminada. Su objetivo principal es mantener estas partículas alejadas de las personas, mejorando la salud general en el proceso. Con frecuencia atrapan diversas sustancias, como grandes bacterias, hierro, suciedad, restos arenosos y cloro en pequeñas concentraciones.  

Tipos de filtros de agua


Carbón activado

Utiliza bloques o granos de carbono con mayor capacidad de absorción para realizar el filtrado. Cuando este tipo de filtro entra en contacto con partículas que flotan en la superficie, las retiene y deja el agua libre de impurezas. Una de sus ventajas es que elimina el olor desagradable del agua, así como cualquier residuo químico que pueda perjudicar la salud de quienes la beban.

Intercambio de iones

En esta técnica se utilizan resinas iónicas en forma de granos circulares. La filtración por intercambio iónico tiene la ventaja de que se utiliza para descalcificar, reducir la higienización y eliminar los nitratos del agua. Este tipo de filtro es un complemento del carbón activado, ya que carece de este tipo de cualidades, y la integración de ambos sistemas se produce con frecuencia. 

Filtros cerámicos

Como su nombre indica, está recubierto de materiales cerámicos porosos que, cuando el agua los atraviesa, destruyen todos los gérmenes. Esto lo hace ideal para retardar el paso de partículas superficiales sin necesidad de utilizar productos químicos. Sin embargo, no suelen filtrar tan bien como los filtros de carbón o los de ósmosis inversa, que ofrecen un filtrado más convencional y duradero.

Ósmosis inversa

Uno de los métodos más conocidos y utilizados para filtrar el agua es la ósmosis inversa. Las membranas que actúan como un colador durante la ósmosis inversa impiden el paso de los sólidos disueltos. Una vez purificada el agua, se traslada a otro depósito para que se eliminen los contaminantes.